Historio-gráficamente, sus inicios se ubican en la
primera mitad del siglo i Anno Dómini, en tiempos de Jesús de Nazaret. No obstante, la fe
cristiana considera ese tiempo como la llegada del Mesías anunciado en
profecías judías del Antiguo
Testamento.
Algunos estudios del siglo xx no toman como
fecha incontrovertible el año 33
d. C. para la muerte de Jesucristo. Hay quienes, al indagar en las fechas, sugieren
que pudo haber un desfase de 4 a 8 años entre el inicio del cómputo de la era
cristiana y la fecha precisa del nacimiento de Jesús de Nazaret, conocido como
Cristo. En sus primeras
décadas, el cristianismo era considerado por algunos como una doctrina sectaria de las
tradiciones judías ortodoxas. Desde que el cristianismo se convirtió en
la religión oficial del Imperio romano en el siglo iv, ha influido de manera significativa en la cultura occidental y en muchas otras.
En el Nuevo Testamento, y por lo tanto en la doctrina cristiana, este
amor es el atributo más importante de Dios. Los cristianos enseñan que Dios es
omnipotente en su dominio sobre todo lo que está en la tierra y en el cielo, recto a la hora de juzgar lo
bueno y lo malo, se encuentra más allá del tiempo, del espacio y del cambio, pero sobre todo enseñan que "Dios es
amor". La creación del mundo a partir de la nada así como de la especie
humana fueron expresiones de ese amor, como también lo fue la venida de Jesús a
la Tierra.
La comunidad cristiana misma, es decir, la
Iglesia, es otro componente fundamental dentro de la fe y las prácticas del
cristianismo. Algunos estudiosos cuestionan el hecho de que se pretenda asumir
que Jesús intentó fundar una iglesia pero sus seguidores siempre estuvieron convencidos de que su
promesa de estar con ellos "siempre, hasta el fin de los días" se
hizo realidad mediante su "cuerpo místico en la tierra", es decir, la
santa Iglesia católica (universal).
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